
Hoy quería escribir acerca de algo muy profundo, importante, y básico para la existencia. En lugar de eso, voy a disertar acerca de las bondades del gorrito azul como complemento de moda.
Nah, ni para eso estamos. Simplemente, intento dedicar un ratito cada no demasiado tiempo al Jardín Zhen que es este reducto de paz bloguiano.
Y para seguir con la tónica, os dejo unas imágenes del comic titulado "Arma X".
Uff, acabamos de entrar en un tema escabroso.
A ver como lo hago para no ofender a nadie. Ni decir palabras de las que podríamos denominar.
Arma X es una historia de terror, terror en una base científico-militar en Canadá. Es la historia de cómo un ser humano se puede convertir en una bestia salvaje, controlado por manos perversas.
Es el acoso al que se ven sometidos los perseguidores cuando la bestia se rebela contra los narcóticos, cuando la criatura toma el poder, y decide que ha llegado la hora de la venganza.
De cómo el hombre queda relegado a segundo plano, y es el monstruo el que aflora, el que tiene sed de sangre, y el que se cobra cada segundo de agonía y dolor inflingido con una muerte nada misericordiosa. Y han sido muchos, muchos segundos en la cuenta.
Es la historia de cómo fue creado Lobezno, en contra de la voluntad de Logan. Literalmente, la creación de un monstruo despiadado y salvaje.
Y nada que ver, por supuesto, con la peli para niños que decidieron llamar X-Men Origins: Wolverine. Nada de viajes a África en comando, nada de relaciones fraternas con Dientes de Sable (no, Víctor Creed no es hermano de Lobezno), nada de Masacres, ni de Wraths, nada de Mole, nada de Agente Zero. Nada de Cíclope de joven, nada de coronel Stryker (ha evolucionado de telepredicador a militar de alto rango), ni de Dra. Frost, ni de muchacha que engaña a un pobre Logan enamorado.
En fin, nada que ver. Os animo a que os leáis el comic, y que reconsideréis la mala impresión que mi alegato pro-comic y Vs-peli os haya causado.
